Cuando estaba chica solía visitar mucho a una tía paterna,...... la tía Angélica, también fue mi madrina de bautizo.
Ella vivía en una casa antigua del centro de Lima, y como toda casa antigua tenía sus encantos, sus tradiciones y sus cuentos.
Me acuerdo que había un cuarto pequeño al final de la casa, en el había una cama, unos muebles, pero nadie usaba ese cuarto, solo entraban para sacar o guardar cosas en el ropero o en los baúles que ahí guardaban, decían que nadie dormía ahí por que el cuarto era "pesado".
Me acuerdo haber estado algunas veces en ese cuarto curioseando, pues habían revistas y libros antiguos, vestidos de fiesta, disfraces.....cosas raras; pero cuando uno estaba en dicho cuarto se sentía como si hubieran otras personas, a lo mejor era lo que mi abuela decía..."hay una presencia"....ayyy que miedo.
También le decían ..."el cuarto de los duendes", pues los que vivían en la casa sentían ruidos, y siempre encontraban cosas tiradas en el piso como joyitas de fantasía, ganchitos para el pelo y que no pertenecían a la familia. Ya mi abuela nos había advertido...... "no tocar nada de esas cosas".
En la sala de la casa había un muñeco lindo, se parecía al PEPE de mi tiempo, solo que era de un material mas duro. Pero lo triste para mi y mis hermanas era que mi tía no dejaba que nadie agarrara su muñeco...."lo vas a malograr", ......"con eso no se juega".... nos decía.
Cuentan que cuando mi tía tenía 12 años estaba enamorada de un apuesto militar, varios años mayor que ella, y que su mayor deseo era que se hiciera su amigo y pudiera visitarla en su casa.
Un buen día el padrino de mi tía le regaló un muñeco,( el de esta historia), y le dijo ...."Vas a tener que bautizarlo y hacer una gran fiesta".....y como el apuesto militar era amigo del padrino, mi tía no vio mejor ocasión que bautizar a su muñeco y hacerlo padrino al apuesto militar, que no era otro que el que más adelante fuera ....el tío Moisés.
El tío Moisés era un hombre muy apuesto, alto, muy educado, fue militar de la policía llegando hasta teniente, luego se pasó a la Policía Municipal de esos tiempos, pues la paga y los beneficios eran mejores.
El uniforme le quedaba muy bien, y lo hacía más apuesto, cuentan que por su porte, en su cuartel le decían ....."Monseñor Rodrigues".
Fue el segundo esposo de mi tía Angélica, se casó con ella luego de que el primer hijo de mi tía, Lolo tenía seis años. Tuvieron un único hijo Víctor que murió de tifoidea, a la edad de dos años; lamentablemente en esos años, 1943 más o menos, no existían los medicamentos que hay hoy en día y la mortalidad era alta.
La pena de esta pérdida la escuché siempre, tanto mi tía Angélica como su mamá, mi abuela María hablaban de lo lindo que era "Vititor", y del gran vacío que dejó en sus vidas.
El tío Moisés fue el gran amor de mi tía Angélica, desde que ella tenía 12 años vivió siempre enamorada de el, yo diría que......EL TÍO MOISÉS ERA EL MUÑECO DE LA TÍA ANGÉLICA.
Para nosotras fue el buen tío, el querendón, que compra dulces, te lleva al parque, quería mucho a mi hermana Marina, era su preferida. El tío murió de cáncer, su pérdida fue muy lamentable para toda la familia.
Marina contaba que cuando el tío Moisés murió, este vino a despedirse de ella, se le apareció en la cocina.......YO CREO.