Cuando era chica visitaba mucho a mi abuelita, al lado de su casa vivía una señora que tenía un gato negro, peludo y con mirada misteriosa. A mi me gustaba mucho mirar ese gato por que permanecía mucho tiempo inerte, casi ni se movía, se estiraba en la ventana y al menor descuido como por arte de magia desaparecía.
Un día visite a mi abuela y ya no vi al gato. Ella me contó que la dueña, que era una señora muy mayor, lo había regalado a un sobrino.
Pasó el tiempo y caminando por una calle del centro de Lima me encontré con una amiga que caminaba apurada por que se iba a una entrevista de trabajo, yo la vi nerviosa y me dijo que si quería acompañarla, como nada me apuraba la acompañe.
Llegamos a la dirección que indicaba el aviso y había una cola con muchas jóvenes que llevaban un sobre con sus papeles y currículum.
El puesto era de Secretaría Bilingüe, el aviso decía que se necesitaba una secretaria para ordenar unos escritos, preparar un archivo, y hacer traducciones de unos documentos. Yo le dije a mi amiga: Amelia aquí lo que necesitan es una mecanógrafa con conocimientos de archivo e idioma, pero me parece que una " Secretaria Bilingüe " es algo mas que eso.
Ella me dijo: Sí, pero la paga es buena.
En la cola oíamos comentarios de las jóvenes que esperaban turno, .....No será un viejo raro el que nos entrevista y nos va a contratar?.....dicen que es un escritor famoso,.....dicen que es un excéntrico,.....un extravagante,.......pero es un hombre muy inteligente y famoso......
La cola iba abanzando, algunas chicas demoraban en la entrevista, otras salían casi inmediatamente, pero todas salían con cara de susto, como si algo veían o les decían en la oficina de las entrevistas.
Amelia le hizo un comentario a su compañera de al lado....."haz notado que todas las entrevistadas salen con cara de susto".....la compañera agregó:......."Sí, y algunas llevan su sobre de papeles cerrados, como si no se los hubieran visto".
Desconcertadas y sin saber que pasaba, siguieron esperando sus turnos.
Pasó la compañera de Amelia, y como se demoraba, eso inquietó a Amelia pues la muchacha tenía mucha experiencia laborar, y de estudios.
Al cabo de un rato sale la compañera, y no tenía su sobre de papeles, se acerca donde Amelia y con una voz de asombro le dice ......."EL QUE DECIDE ES EL GATO"........
Este cuento es recordando a Kokorito, el lindo gatito negro noruego.
Con cariño de Periquita.
