En mi familia hay muchas anécdotas, historias muy interesantes, les voy a contar lo que le pasó a mi bisabuela paterna, la abuelita Zoilita como la llamábamos.
Esto sucedió por el mil ochocientos y tantos, durante la guerra con Chile, cuando los chilenos habían copado Lima y como en toda guerra habían saqueos, abusos, y cosas que no son parte de esta historia, pero si hubo mucho terror por parte de la gente y de ahí salió el dicho....."Ay mamita.... los chilenos".
Mis tatarabuelos vivían en Magdalena del Mar, así llamaban a ese distrito que ahora se conoce solo como Magdalena, tenían una tienda grande donde se vendía de todo.
Mi bisabuela era hija única, muy querida por sus padres, una persona muy sociable y amiguera, le gustaba hacer obras de caridad y solía ir a los barrios pobres llevando víveres que tomaba de la tienda de sus padres.
Era una mujer muy activa, guapa, de cabello rizado, de piel canela y tenía una pequeña cicatriz en la mejilla, casi junto a su ojo derecho y de la cual estaba muy orgullosa y quien le preguntaba el origen de la misma, inmediata mente contaba......"Durante la invasión chilena, un grupo de ellos fueron a la tienda de mi padre a "pedir" víveres, mi padre apenas vio que el grupo se acercaba a su tienda, mandó inmediata mente a todas las mujeres a ocultarse en las trastienda y cerró la puerta con llave. Yo me moría de la curiosidad y quería ver que estaba pasando y no tuve mejor idea que mirar por la cerradura de la puerta, que como puerta antigua era un agujero grande. Uno de los soldados se dio cuenta de mi acción y metió la bayoneta de su fusil por la cerradura y casi pierdo el ojo, así fue que me quedó esta cicatriz como recuerdo de la guerra".
