viernes, 30 de noviembre de 2012

Mis Abuelos, 2da. Parte

Hoy les voy a contar de nuestro abuelo materno Don Benjamín García.

En esta foto se encuentran, de izquierda a derecha, paradas, la abuela Hortencia Brito vestida de blanco, al lado su cuñada la Tía Clotilde García de Locatelli.
En segunda fila, un niño: Napoleón García Pereira, sentados: el abuelo Benjamín García, el Señor Locatelli esposo de la tía Clotilde, un compadre del abuelo Benjamín, un niño: Guillermo García Brito.
En tercera fila y sentado un niño: Eugenio García Pereira.

Mi abuelo Benjamín García nació en Lima, por el año 1871, era comerciante de profesión y viajaba por todo el Perú y a los países vecinos.

Se casó muy joven con una señora Pereira, con la que tuvo dos hijos, mis tíos Napoleón y Eugenio García Pereira.

En uno de sus viajes de negocio va  a Santiago de Chile y ahí conoce a mi abuela Hortencia Brito Villegas, una joven mujer 18 años menor que el. Con ella tiene siete hijos, el primero fue el tío Guillermo García Brito que nació en Santiago.
Prosigue su viaje al Perú pero se queda un tiempo en el norte de Chile y en Iquique nace su segunda hija María Antonieta García Brito (mi mamá), que era la chochera del abuelo.
Luego vienen al Perú y en la maternidad de Lima nace mi Tío Víctor Manuel García Brito.

Mi abuela no solo crió a sus hijos, sino también las los hijos mayores de mi abuelo.

Según nos contaba mi mamá, cuando llegaron al Perú, el abuelo puso, en el Callao, una tienda  o las famosas "pulperías", donde se vendía de todo y se hicieron famosos los sanguches o butifarras que preparaba mi abuelita Hortencia, y los piqueos de seco-salado o bacalao y buchame o muchame, que era un seco salado de bufeo que lo comían con sarsa de cebollas, ají y aceite de oliva, en este plato se destacaba el abuelo Benjamín.

Luego nacieron sus hijos Rómulo Arturo, Hernán, Sixto e Isabel Inés, la menor de todos.

Con la llegada del  cuarto hijo de mi abuelita Hortencia  y los dos mayores de mi abuelo, su hermana Clotilde, que no tenía hijos, va a vivir con su hermano para ayudar en la crianza de sus sobrinos.
La tía Clotilde era una mujer guapa,  muy educada, y elegante, tenía el arte en las manos, hacía lindos bordados y tejidos y sabía coser muy lindo, y entusiasmó a mi mamá quién aprendió mucho del arte de su tía.
Mi mamá tenía muy buenos recuerdos de su tía Clotilde y siempre la recordaba con mucho cariño.

Con la llegada de los tranvías, se abrieron muchas plazas de trabajo en la mecánica de estos tranvías y mi abuelo dejo la tienda y se fue a trabajar ahí llevando a sus dos mayores hijos, los Pereira.
Viniendo a vivir a Lima, en una casa de la  Alameda de los Descalzos.

Yo recuerdo mucho esta casa, que tenía muchas piezas y al fondo un gran jardín con corral donde mi abuela criaba sus gallinas y cultivaba sus plantas de bellas flores.
También recuerdo el Nacimiento que hacían en esa casa, era de pared a pared con un gran cerro y muchas figuras de arcilla y el Niño Dios tenía varios vestidos que se los cambiaban.
También recuerdo al verdulero, el vendedor de aceitillos, la señora del periódico que era una mujer con trenzas entrecanas y un poco de bigote, la señora de las flores. 
A las seis de la tarde pasaba un señor en bicicleta que vendía humitas...."Quemando... siempre quemando..", era su pregón;  y en la noche pasaba un señor medio chino que vendía....."Revolución caliente...para rechinar los dientes....azúcar, clavo y canela ....música para las muelas...".

El abuelo Benjamín se enfermó de uremia, ocacionándole la muerte en el año 1938.
Mi mamá quería mucho a su papá y para el su hija María era  "la niña de sus ojos". Cuando el abuelo murió mi mamá tenía 20 años y sus hermanos quedaron huérfanos muy chicos, lo que obligó a que todos trabajaran para sacar adelante el hogar, cosa que ocurrió y los lazos de fraternidad se hicieron fuertes, siendo una familia muy unida.

Bueno, ya me despido...Hasta mañana.
Periquita