Les quiero mostrar el Nacimiento que he hecho para este año, y contarles como celebramos la Navidad y el Año Nuevo en mi familia.
La Navidad siempre ha sido una fiesta muy importante en nuestra familia, cada año la hemos esperado con mucho entusiasmo y alegría inculcada por nuestros padres.
Nunca ha faltado el Pesebre y hacíamos un cerrito con muchos animales y figuras que simulaban un pueblo habitado.
Recuerdo que mi papá hizo una casita de madera muy bonita con techo a dos aguas y ahí poníamos nuestro primer misterio que era pequeño y tenía muchos carneritos, y diferentes figuras de animales y personas. Con tres semanas de anticipación poníamos trigo en unas macetitas y para Navidad ya estaba crecido.
Con papel pintado hacíamos un cerro, tratando de que este estuviera sobre la casita y lo llenábamos con animalitos y figuras, simulando un cerro habitado, con una estrella de madera con escarcha que mi papá nos hacía, y que hasta ahora existe y cada año la pongo en el Nacimiento.
Con el pasar del tiempo la casita se picó, y el misterio creció, pues mi mamá compró uno mas grande, igualmente se aumentaron nuevas lucesitas y el cerrito también creció, y ya no usamos el trigo por que con el calor que hace en diciembre se abomba y apesta y vienen mosquitos.
Cada año hago el nacimiento de diferentes maneras, unas veces simulo una cueva, otras forro una caja y hago una casita, otras pongo el pesebre delante del cerrito, como el que he hecho esta vez, lo importante es tener presente la fecha, el Nacimiento de Nuestro Señor Jesús.
También hacemos el árbol, para colocar a su sombra los regalos que a las 12 de la noche nos entregamos o intercambiamos entre los que celebramos en la casa esta fiesta de Navidad.
Recuerdo que nuestro primer árbol lo hizo mi papá de madera torneada, era un arbolito de casi un metro de alto, hecho de palitos que mi mamá los forraba con papel de celofán y luego nosotros colocábamos pequeñas figuritas de angelitos, bombitas navideñas y las infaltables luces, que eran unos foquitos muy bonitos con formas de muñecos de nieve, Papá Noel, estrellitas, casitas, en fin luces muy bonitas que hora no se ven.
Con el tiempo el árbol también cambió, tuvimos uno muy lindo y grande de aluminio, de un lindo color plata al que no se le podían poner luces por lo peligroso, lo adornábamos con muchas bombitas de vidrio de colores y a los pies colocábamos los regalos.
Luego tuvimos un gran árbol de casi 2 metros, verde, simulaba a un gran pino y es el árbol que hasta ahora nos acompaña.
La cena también ha ido cambiando, cuando eramos chicos me acuerdo que mi mamá preparaba un gran asado de carne con puré de papas, puré de manzanas, tamales, chicharrones y el clásico panetón y chocolate que a mi mamá le salía riquísimo.
Luego se cambió el asado por la pierna de chancho.
Con el pasar del tiempo y vino el famoso pavo al horno. Recuerdo que con dos meses de anticipación a la fecha de Navidad, mi papá compraba un gran pavo que lo sobre alimentaba con nueces y buena comida para cebarlo y llegada su hora mi papá se encerraba para que nosotros no viéramos el sacrificio del pobre pavo, al cual le daba pisco para hacer menos doloroso su sacrificio.
Mi mamá preparaba el pavo al horno con un rico relleno de carne con pasas y manzanas. También hacia su famosa ensalada de manzanas, con papa, apio, pasas. Haciéndose ya tradicional el pavo en nuestras cenas de Navidad.
Los regalos de navidad eran otra tradición en nuestra familia. Recuerdo que cuando eramos chicos nos acostábamos temprano para esperar la llegada de Papá Noel, que llegaba con los regalos a las 12 de la noche, hora en que nuestros padres nos despertaban par que viéramos nuestros regalos que nos había dejado "Santa".
La ilusión nunca nos faltó, tanto mi mamá como mi papá nos la fomentaban y esto también se lo hemos transmitido a nuestros hijos, inculcándoles la ilusión y el entusiasmo en estas fiestas.
Los "Años Nuevos" los recibíamos con una gran cena como la de Navidad, quemábamos muchos cohetes y algunas veces hacíamos un muñeco que lo quemábamos en la puerta de la casa, se comían las uvas a las 12 de la noche , nos poníamos el calzón amarillo, y recibíamos las 12 en la puerta de la casa con nuestra copa de Champán y mucha música y a bailar se ha dicho.
Mi hermana Gloria se encargaba de la "Chamanería", ella hacía unas bolsitas con lentejas, arroz y unas monedas que nos daba a cada uno de nosotros para guardarlas en los bolsillos o cartera, para que no falte la plata ni la comida.
También bendecía la casa, el mismo 31 y ponía muchas flores amarillas, y ruda.
Como anécdota quiero contarles que, como a mi mamá siempre la ha gustado la cocina y la repostería, para una Navidad preparó un panetón que le salió estupendo, solo que se olvidó de ponerle el azúcar, o sea que le salió pan de pasas, con ese acontecimiento nos reímos mucho y siempre lo recordamos.
Otra anécdota fue la vez que vino un amigo, Antonio Maldonado, a la casa y mi mamá le invitó tamales que había preparado, estaban riquísimos, y este amigo la convenció a que preparara tamales para venderle a algunos profesores de la universidad donde yo estudiaba.
Así fue y nos pasamos dos días trabajando a full vísperas de Navidad, pues el pedido había sido grande y se vendieron todos los tamales con los respectivos halagos por lo rico que salieron.
Algo que no olvidaré es que la última cosa que hice junto con mi mamá, y fue desarmar el nacimiento, mi mamá limpiaba y envolvía en papel cada una de las piezas que le iba alcanzando, esto fue un 15 de enero de 1993, mi mamá falleció a la primera hora del 17. Por eso las Navidades y en especial armar el Nacimiento es algo muy importante para mi, por todos los recuerdos que guardo en mi mente y en mi corazón.
Espero que les haya gustado esta historia.
Periquita.