viernes, 8 de marzo de 2013

Mis Queridos Padres.- Primera parte

Yo podría hablarles de mis padres toda la vida, ellos representan el pilar de nuestra familia, y no se puede hablar de uno de ellos sin mencionar al otro.
 
Al inicio de este blog, ya hace algún tiempo, les mencioné que siempre quise hacer el  "Árbol Genealógico" de mi familia, pero que hacerlo de un inicio resultaba un poco complicad por que habían muchas ramas que se cruzaban, y que por ello comencé narrando sobre los personajes mas importantes de mis antecesores, pero han quedado algunos que en cualquier momento voy a retomar el tema.
 
Ahora si quisiera hacer el árbol, este saldría más "simpático" por ser menos complicado, pero voy a seguir narrando a mis personajes, y así podré referirme no solo a nuestro  parentesco, cualidades, etc, sino que podré hacer referencia a alguna anécdota narrada y vivida por ellos.
 
Esta vez les voy a contar de Mis Queridos Padres.  Comenzaré esta historia haciendo una reseña de cada uno de ellos , contándoles lo que se de sus vidas por que ellos mismos nos lo contaron.
Espero que mis recuerdos me permitan narrarle mucho de ellos y si alguien quiere agregar algo más, bienvenido sea, pues siempre es bueno recordar y lo que vale la pena o nos motivó algún sentimiento ya sea de risa o de llanto, debe tenerse presente.
Y como...."las damas son primero"..., empezaré contándoles de mi mamá, luego les contaré de mi papá, para después hacer un relato de ellos dos ya en matrimonio.
 
MI MAMÁ:
 
Mi mamá, María Antonieta, así se llamaba, tenía un nombre de reina, nació en Iquique Chile, un 26 de abril de 1918.
Sus padres fueron Benjamín García y Hortencia Brito Villegas; fue la segunda de siete hermanos: Guillermo, Victor, Rómulo, Hernan, Sixto e Isabel;  y vino al Perú a la edad de cinco años.
Era la ..."niña de sus ojos" ...de su padre, el abuelo Benjamín y su hermano mayor, Guillermo, la cuidaba.
Según contaba mi madre, su hermano Guillermo se la ponía "a la tota", o sea se la subía al "apa",  a la espalda y se ponía a jugar bolitas con los amigos, o a la pelota, pero nunca la descuidaba.
Después de vivir unos años en el Callao, vinieron a vivir a Lima y se ubicaron en una casita nueva y moderna de la época, en la Alameda de los Descalzos.
Estudió en el colegio Sevilla, un colegio de monjas, a donde asistía con su hermanito Víctor.
Mi mamá era muy querida por las monjas, no solo por su educación, sino por que era muy piadosa. Igualmente era muy querida por sus compañeras con quienes hizo una buena amistad y siguieron viéndose terminado el colegio y por varios años, yo conocí a algunas de sus amigas.
 
 
 
 
Mi mamá es la tercera de la primera fila sentadas, de derecha a izquierda.
Linda, gordita, con su carita de ángel y todas muy serias e impecables.
 
Mi mamá contaba que cuando estudiaba en su colegio Sevilla, una vez, se metió un toro y causó un gran alboroto, hubieron algunos  heridos. Ella fue corriendo a buscar a su hermanito y se refugiaron en un cuarto donde había un gran Crucifijo, ya pasado el susto una monja los encontró acurrucaditos, muy asustados y rezando para que se vaya el toro.
Esta anécdota siempre la contaba mi mamá con mucha emoción.
También nos contaba que una vez saliendo de su colegio, con su hermanito Víctor, fueron a buscar a su mamá que había ido donde una vecina a acompañarla por que el esposo de esta señora estaba agonizando.
Mi mamá con su hermano se asomaron por una ventana donde estaba el vecino, y salieron corriendo despavoridos al ver al moribundo y oír sus ronquidos.
Esta historia nos la contaba con mucha alegría y picardía, simulando los ruidos del moribundo, tratando de asustarnos, pero mas nos daba risa por la forma en que nos la contaba.
 
A mi mamá le gustaba mucho bailar, y asistía a las fiestas de las amigas con sus hermanos Víctor y Rómulo y nos contaba que no se perdía ni una pieza.
Me acuerdo que cuando había alguna fiesta en la casa mi mamá se ponía a bailar con nosotras, sus hijas, y siempre le daba ..."mal de risa".. , ella bailaba levantando los dedos índices y llevaba el ritmo, lo que a nosotros nos daba risa y terminábamos riendo largo rato.
 
Estando muy joven,  su padre enfermó y tuvo que dejar de trabajar.
La tía Clotilde, hermana de mi abuelo se fue a vivir con ellos y así poder trabajar para ayudar con los gastos.
Al poco tiempo murió su papá,  por lo que  la muerte de mi abuelo la obligó a trabajar para ayudar a su madre y hermanos menores.
Se puso a trabajar con su tía Clotilde, con ella aprendió a hacer ternitos para niños y a desarrollar lo ya aprendido en costura, bordado, tejido a ganchillo. Sus trabajos eran de muy buen gusto, se especializó en los famosos "marineritos", que llevaban a las tiendas de venta de ropa para niños del jirón de La Unión, también hacia vestidos, pisitos, tapetes bordados, de los cuales algunos existen hasta hoy en día y  los guardo como recuerdos.
 
En sus salidas a trabajar conoció a mi papá, el trabajaba en la Backus, que quedaba por la Alameda de los Descalzos, cerca a su casa, y como el hermano mayor de mi mamá Guillermo también trabajaba en esa fábrica, esto fue pretexto para que mi papá visitara a su amigo y pueda ver a mi mamá.
 
Ahora voy a dejar esta historia en suspenso para hablarle de mi papá y luego seguir cantándoles del matrimonio, pero eso va a se mañana .
Un abrazo  Periquita.