Leyendo en el periódico los comentarios de una obra de Alan Ball "Cinco Mujeres con el Mismo Vestido", me "inspiré", se me "ocurrió", contarles una historia verídica, muy propia de mi familia, a la que he llamado "Cuatro Mujeres y el Mismo Vestido".
Nosotros somos una familia muy católica, nuestros padres siempre nos han inculcado la Fe en Dios, y la práctica de los mandamientos, tantos los de La ley de Dios como los de La Santa Madre Iglesia y el cumplir con los Sacramentos de la Iglesia Católica.
Cuando mi hermana la mayor, Dora, tenía diez años era tiempo para que cumpliera con el segundo y tercer Sacramento de la Santa Madre Iglesia Católica, es decir con la Penitencia y la Comunión respectivamente.
Como esta era La Primera Comunión, de la primera hija, mi familia se ponía muy alegre y se preparaba a realizar todos los pasos necesarios que este acontecimiento lo ameritaba, como buscar la madrina de Primera Comunión, mandar a imprimir las estampas de recuerdo, comprar la medallita de oro para que quede de recuerdo, encargar la mejor azucena a la florería, comprar el libro o misal y el rosario, los zapatos,..... ah y todo tenía que ser de lo mejor.
Organizar la chocolatada o desayuno familiar que incluía hacer lista de invitados, cantidad de chocolate, panes, jamones, quesos, leche, café para los mayores, té para los que no podían tomar lo mencionado, etc., etc. y todo lo que se necesita en un desayuno de Primer Comunión, con la respectiva TORTA, la cual preparaba con mucho esmero mi madre y dicho sea de paso las hacía riquísimas y muy decoradas, "de primera".
Pero aquí viene lo más importante....el vestido de Primera Comunión.
Mi mamá era la más entusiasta, ella estudió en un colegio de monjas, era muy piadosa, y la Primera Comunión era un sacramento que tenía que realizarse de la mejor forma, por el significado del sacramento, por ello el vestido tenía que ser de lo mejor.
Compró una organza blanca muy fina, tul, cinta de raso, florecitas blancas para los adornos, tafetán para el forro, pelón para el enagua, unos botoncitos que simulaban unas perlitas con un brillantito en el centro.
El vestido fue confeccionado por la señora Susana Sotomayor, nuestra costurera de toda la vida.
Ahí tienen el VESTIDO en las dos primeras modelos Dora y Marina.
El vestido era de organza, con corte a la cintura, la falda larga hasta los tobillos, y a quince o veinte centímetros de la vasta tenía un adorno de tul plizado y puesto a manera de ondas, ribeteado por cinta de razo y entre cada onda había una flrecita blanca.
La parte de la blusa era abotonada en la espalda, mangas largas también abotonadas con los botones de perlas que le daban una apariencia muy finolis, el cuello era tipo BB y en la cintura había un cinturón de la misma tela del vestido .
En la cabeza llevaba un velo de tul hasta la altura de los codos, con florecitas blancas a manera de "toca".
El vestido se complementaba con un "Limosnero", una especie de carterita de la misma tela del vestido y con los mismos adornos, en el se llevaban las estampas y después servía para poner la propina que solían dar los familiares e invitados al desayuno.
Otros complementos eran los zapatos, las medias cubanas, los guantes, la flor de azucena, el libro y el rosario (mira la foto ).
Luego de la ceremonia se procedía a la ....toma de fotos...., las mismas que han dejado evidencia de lo que les estoy contando.
Al año siguiente le tocó el turno a mi hermana Marina hacer su Primera Comunión.
El vestido fue el mismo, solo que Marina era un poco mas delgada y la señora Susana tuvo que "meterle un poquito" al vestido. Tampoco le gustaba el vestido muy vaporoso y tuvieron que rebajarle el vuelo al enagua de pelón.
El velo estaba atado a una coronita de flores en vez de la toca de organza que usó Dora.
Lo que si era diferente, por que quedaba como recuerdo, eran el libro y el rosario.
Al año siguiente me tocó el turno a mi, hacer la Primera Comunión.
Las dos siguientes modelos Gloria y Consuelo (yo).
En mi caso hubo que "soltarle" un poco al vestido, lo que ya había previsto la señora Susana cuando realizó por primera vez el vestido, y por indicaciones de mi mamá......"Susanita he comprado una buena tela, muy fina y por favor le das su buena costura para que lo puedan usar mis otras hija, por que como está la situación....no se puede estar gastando a cada rato".
A lo que la señora Susana agregó......"Claro hija, ....me vas a decir a mí,....a los vestidos de mis hijas les hago sus buenas vastas con bastante costura para soltarla si se engordan....y a los muchachos sus buenas bastas en los pantalones, .....no me gusta verlos a lo pasa río"...jajaja.
El velo también tenía otra coronita de flores diferente así como el libro y el rosario para el recuerdo.
Dos años después le toco el turno a Gloria y ahí estaba el VESTIDO esperándola, solo cambiaba la coronita de flores y los accesorios que quedaban de recuerdo.
Me acuerdo que cuando iba caminando por la calle rumbo a la Parroquia donde se iba a realizar la ceremonia de Primera Comunión, una señora dijo....."que linda la novia", y a mi me dio una vergüenza, pues pensé que SI!!, con tremendo vestido parecíamos novias, ...mujeres mayores comparadas con nuestra edad; pero así era la moda en esos tiempos....realmente vestidos de novia.
Luego, después de algunos años, le tocó el turno a mi hermana María del Carmen, ella no usó este vestido, pues ya las modas habían cambiado, a ella le tocó usar el famoso "Vestido de Monjita"....y esa es otra historia.
Gracias por leer, hasta otro día, un abrazo.
Periquita