jueves, 6 de agosto de 2020

Recordando con Frío

En estas últimas semanas del mes de julio se ha asentuado la humedad y el frío de Lima, y como estamos en una etapa de aislamiento por la pandemia, no nos queda otra cosa que quedarnos en silencio y recordar cosas, o ver televisión, o acurrucarnos en nuestra cama. Yo prefiero recordar y si el recuerdo es bueno no olvidarlo. El frío a veces ayuda a recordar vivencias de esas que nos calientan, o nos hacen caer una lagrima, o dibujar una sonrisa, o ver rostros que ya no nos acompañan, o sentir olores de nostalgia. en uno de eoa dias fríos, en que nada nos calienta, tuve un grato recuerdo que me hizo entrar en calor. Recordé cuando era chica y vivíamos en la Calle 20 , tendría 4 o 5 años y mi mamá me estaba bañando en agua calientita, luego me llevaba cargada hasta mi cama, tapada con una gran toalla. yo duermo en la cama de abajo de un camarote, ella llega a las justas con mi peso y nos caemos las dos en la cama, mi mamá se rie y me seca, y me pone las medias y siento sus manos calientes que soban mis pies con las medias ya puestas para calentármelos, que rico siento, ; es una sensación tan agradable que a pesar del tiempo transcurrido...aún la recuerdo. Me está alistando, por que hoy me toca ir al médico. Les gustó, a mi sí y mucho. Periquita