jueves, 6 de agosto de 2020

EL TELEVISOR DE DOÑA LIDIA

En un barrio tranquilo de Lince vivía doña Lidia, quien hacia dos meses que había enviudado.
Su esposo padeció una terrible enfermedad y ella se propuso hacerle los últimos días de vida los mas tranquilos y felices para que pudiera morir en paz.

Decidida a poner las cosas en orden sacó del cuarto que ella habia compartido con su difunto esposo un televisor que se había malogrado dias antes que su esposo muriera. Antes de retitar la TV del cuarto, recordó las veces que su esposo habia disfrutado viendo las películas. también recordo que ese fue un buen regalo que le hizo su hija, que vivia en USA, y pensó que fue un buen regalo para entretener a su padre. Al lado de su casa vivía la familia Gomez, que daban servicio de reparación de aparatos electrónicos y era su hijo Hugo el técnico en radio y televisión. La señora Lidia no dudo en que Huguito podia reparar su TV. Al destapar el televisor para su reparación, Hugo notó algo raro en el aparato y consultó con su padre, hombre de mucha expeeriencia, quien le dijo.. ....que raro, nunca he visto un sistema de transmisores dispuestos de esta manera.... y que iba a consultar con un amigo que trabaja en una ensambladora de televisores de la misma marca. Al hacer la consulta, el amigo le proporcionó un plano de la misma marca, modelo y caracteristicas del televisor consultado. Una vez estudiado el plano, padre e hijo procedieron a desarmar el televisor por que vieron que los circuitos estaban dispuestos de manera contraria a la correcta. Fue grande la sorpresa de estos técnicos que encontraron escondido un paquete con joyas y dos sobres, en uno habia dinero y en el otro una carta para la Señora Lidia, a quien, inmediatamente le dieron la noticia del hallazgo. Seguro no tiene arreglo esta TV, dijo anticipadamente la señora.....aún no lo sabemos dijeron los Gómez. El motivo de nuestra llamada es para comunicarle lo que hemos encontrado en su televisor. Acto seguido la señora abrió el paquete y vio una pulsera, un reloj, un medallón, dos sortijas y dos cadenas, todas de oro, y muy emocionada dijo....que hacen mis joyas acá?, si yo se las di a mi esposo para que las vendiera cuand dejó de trabajar por su enfermedad. Igual de sorprendida quedó cuando al abrir uno de los sobres vio los 400 dolares que había mandado su hija y 800 soles dispuestos en un rollito como solia hacer su esposo cuando guardaba dinero q no iba a gastar inmediatamente. Al abrir el otro sobre vio varias hojas escritas por su esposo, que leyó muy emocionada: "Querida Lidia, tu has sido siempre el amor de mi vida nunca permití que nada te pasara ni que te faltara nada, y ha sido mucha mi desesperacion de pensar que me iba air y como ibas a quedar tu. Felizmente pude guardar esto que ahora estas viendo, para que no esperes nada de nadie. Te parecerá raro ver tus joyaque me las diste hace mas de un año, pero no las pude vender ni tampoco quería hacerlo, yo sabia que ese dificil momento que vivimos pronto iba a pasar, y pensando a quien recurrir fui donde mi hermano Joaquin, te acuerdas de el?, el menor de mis hermanos a quien quería mucho y por cosas del destino nos separamos, bueno fui a su taller y me di una gran sorprea, ya no era el que yo conocí, ahora era un prospero empresario, con una moderna factoria, me saludó con un gran cariño, hablamos mucho de nuestras familias; te acuerdas que algo te conté de ese reencuentro, bueno por la emoción creo me sentí un poco mal y le pedí un poco de agua para tomar mi pastilla, y al sacarla del bolsillo se me cayó el paquete con las joyas q habia llevado, no tuve mas remedio q contarle que eran tuyas y q las habia traido para venderlas por la situación que estábamos pasando, sin decir nada mi hermano me dio un dinero, mas del que esperaba obtener vendiendo las joyas y me dijo.....yo te debo mucho hermano, tu con la ayuda que me diste para educarme he logrado todo esto, ahora es el momento de compensar en algo todo tu esfuerzo... y no solo me dió el dinero sino tamien las joyas que no quizo recibir y q las guardé sin decirte nada. Recuerdas que para mi cumpleaños nuestra hija me mandó una tarje, bueno ahi venian 500 dolares de los cuales te di 100 diciendote q eran mi regalo, pues 400 guardé para ti. Le pedí mucho a Dios que a mi partida puedas encontrar pronto esta carta y todo lo q guardé para ti, yo siempre estaré velando por ti y ten fe que nada te va a faltar. Te quiero con toda mi alma". Al terminar Huguito de leer la carta, la señora Lidia no pudo contener el llanto. Ya con la Tv arreglada, la sra Lidia recordó que su finado esposo le dijo alguna vez que .....ese televisor podría servir de caja fuerte....y como que asi lo hizo. Les gustó esta historia?, hasta otro dia Periquita