Regresé a Gamarra a hacer algunas compras y luego de ello fui directo a visitar a mi amiguita Teresa.
Ya la tienda estaba muy bien decorada, surtida con ropa bonita, y algunas personas comprando.
Esperé mi turno, y así se iba un poco de gente para hablar tranquila con Teresita. Esta no se había dado cuenta de mi presencia, pero después escuche......"señito que gusto, me alegra verla, no sabe, el día que usted vino me trajo suerte, vendí varias prendas, .....y yo que pensé que no me iban a comprar por el desorden, ....y la platita me vino super por las cuentas que tenemos que pagar".....
A Teresita no le podía ir mal por que la ropa que vendía estaba de moda, de muy buena calidad y se veía elegante y todo muy bien presentado......."está muy bonita la tienda"....; le dije, a lo que ella me contestó......"si señito, y todo gracias a mi vecino"....
A lo que en seguida me contó que cuando le daban el pésame por la muerte de su padre, la gente le decía ....."cuenta conmigo para lo que necesites"...., fue así que molestó a su vecino para que la ayudara a remodelar la tienda y el taller, pues no podía dejar que todo siguiera en abandono.
...."Señito, si no hacíamos algo lo perdíamos todo, así que recurrí a mi vecino"...
También me contó Teresita, que su vecino era un buen hombre, que sus padres lo apreciaban mucho, y que una vez que estuvo sin trabajo por mas de un mes, por huelgas en la empresa donde trabajaba, su mamá se hizo cargo de sus tres hijos; los niños llegaban del colegio e iban a su casa y su mamá les daba el almuerzo. La señora le contaba a Teresita que esos niños le hacían pasar momentos gratos con sus ocurrencias, y que la hacían recordar a sus hijos cuando eran chicos.
También mandaba una porción de almuerzo para la madre de los niños, ya que el padre tenía que ir a la huelga y ahí hacían olla común. Los niños, por indicaciones de sus padres, se negaban a recibir la merienda para su mamá y decían que no estaba en casa, o que había ido al médico, o donde la abuela, pero al final se veían obligados a llevar la merienda.
Un día, los niños muy contentos le contaron a la madre de Teresita que estaban recibiendo charlas por que iban a hacer la Primera Comunión en su colegio. En el momento en que la señora les entregó los taper con comida para que lleven a su casa, la niña le dijo al oído a la mamá de Teresita, ....."no podemos decir mentiras por que vamos a pecar...mi mamá no sale de casa pero se avergüenza de recibir todos los días la merienda"..... ; la madre de Teresita abrazó a la niña y le dijo....."lleva nomas y no digas nada, total hay mentiras que no ofenden a nadie y Dios no las toma en cuenta como pecados"....
Luego de charlar un rato con Teresita me despedí deseándole muchos éxitos y me fui pensando en la bondad de esa familia, y de como a pesar del dolor sufrido, ahora mejoraba todo para ellos y satisfechos de sus logros.
Un abrazo, gracias por lee y espero que esta historia les haya gustado.
Periquita