Se acuerdan del coco confitado, ese coquito picado y cubierto con una mil de chancaca, a mi me encanta y es una de las cosas que le compro a los ambulantes que venden esta delicia sin pensar en nada.
Recuerdo que cuando estaba en el colegio, estudiando primaria, en la puerta del cole se ponía un señor vendiendo coco fresco en trozos, coco confitado y las tradicionales cocadas blancas y morenas, yo era su cliente asidua, a cincuenta centavos el paquetito de coco confitado y cuando la propina era mas grande me daba el gusto con una cocada de a sol.
Pero no solo a mi me gusta el coco confitado, quiero contarles que hace un tiempo, cuando mi hija tenía unos ocho o nueve años, veníamos del centro y estando en el bus y ya por llegar a nuestro paradero, vimos a un vendedor de estos coquitos. Mi hija y yo nos miramos e inmediatamente dijimos ...."¡bajan, bajan!!"... y cruzamos la pista para alcanzar al vendedor que empujaba su carreta, pero para nuestra mala suerte ese día había mucho tráfico y no lo podíamos alcanzar fácilmente, y a pesar de que a todo pulmón le gritábamos...."¡¡señor, señor,...coco, coco.!!...." y el hombre nada, seguía empujando su carreta a toda prisa y yo y mi hija corriendo a pocos metros tras del vendedor y gritándole, pero parecía que el tipo era sordo por que seguía su camino sin voltear siquiera.
Gracias a un cambio de luz del semáforo y después de haber corrido como seis cuadras logramos alcanzarlo, que cara tendríamos y casi sin aliento le pedimos los coquitos confitado, y el, muy sonriente, nos despachó y con yapa , después que le hice el comentario...."oiga señor, no nos escuchaba??, si lo hemos estado llamando y corriendo detrás suyo y usted ni caso".... A lo que el me contestó...."disculpa caserita, es que me voy al cine por que ya va a comenzar la matiné y ahí tengo mis clientitos"....
Ya repuestas de tamaña agitación regresamos en silencio comiendo nuestro coquito confitado, para después matarnos de risa por la maratón ....."ay mamá que antojada eres mira todo lo que he corrido por tus cocos"... a lo que yo agregué..."hemos corrido...pero valió la pena, no??"...jajajaja.
Hasta ahora se ven en las puertas de algunos colegios, o en los pocos cines de barrio que quedan, o cerca de algún hospital, a uno de estos vendedores de cocos y espero que no desaparezcan.
Espero que esta historia les haya hecho recordar a los famosos cocos confitados, hasta otro día.
Periquita.