martes, 13 de mayo de 2014

De Regreso al Norte (Segunda Parte)

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Mi tercer viaje fue en el invierno del 2010. En este viaje pude conocer muchos lugares y nuevas amistades. En cada viaje conocí a los amigos y amigas de mi hija que iban aumentando. Conocí a Isabel, Wadi, Kari, Lupita y su familia Arne y Sebastián, Anne la profesora, Anne Grethe y su familia, a la Dra. Inger o "la perrú", "la señorita" Marie, Hiroko, Yancen o la China, Paula, Elin, Vladimir, Rune,  Christian, y otros más de la familia de mi yerno. Algunos de ellos hablan castellano por q son latinos, o por que han participado en intercambios en sus épocas de estudiantes, con otros hablaba en inglés, no se mucho pero me defiendo y me ha permitido relacionarme con los noruegos. Y con tantos amigos no faltó la oportunidad para reunirnos a la hora del café o a almorzar en alguna casa o en algún lugar del centro.

Paseando en barco pude conocer los fiordos, una belleza ver la montaña dentro del mar o al mar dentro de los brazos de montañas, con sus aguas apacibles formando golfos profundos e islas de rocas y árboles, algunas muy grandes y habitadas, otras pequeñas como de cuentos. 
Acá la gente sale mucho a pescar, hay mar por todo lado y abundancia de peces, algunas veces participé en la pesca, emocionante sentir q ha picado un pez tu carnada o ir a algún lago a pescar truchas o salmones que son muy ricos y forman parte de la alimentación diaria de los noruegos.
También he caminado por los bosques que se levantan entre las montañas y donde se pueden recoger frutos silvestres.

Fotos de Soløyvanten , es un lago cerca a la casa acá en Bodø, donde se puede hacer una parrilla y disfrutar de la tranquilidad del lugar.

A esta montaña le he puesto por nombre "La Señora", no se como se llame pero se ve desde una ventana de la casa y a mi me parece ver a una mujer durmiendo. En invierno esta blanca por la nieve, y ya en primavera o verano sólo conserva la nieve en la parte más alta, pero siempre conservando su forma de una durmiente.
Un fiordo  Isla Kjerringøy.

Mi cuarto viaje fue el más largó, estuve nueve meses en Noruega acogiéndome a la visa de padres.
También llegue en pleno invierno, y según decían los propios del lugar, que era el invierno más fuerte que se sentía después de varios años. Hubieron varias tormentas de nieve, con cortes de luz y vientos muy fuertes que hacían más intenso el frío. Pero en este viaje tuve la oportunidad de pasar por la primavera y el verano. Las estaciones llegaron y con la fuerza respectiva.

Siempre me preguntaba como "desaparecía" la nieve, pues ahí comprobé lo sabía que es la naturaleza. Con la llegada de la primavera y los primeros rayos de sol la nieve se va derritiendo, parte del agua la absorbe la tierra y los excesos se van convirtiendo en caídas de agua, ingeniosamente canalizadas que llegan hasta abajo de las colinas hasta las alcantarillas q se extienden a lo largo de las pistas. Son corrientes de agua limpia que vienen de los deshielos desde lo más alto de las montañas, atraviesan los bosques, y llegan a la parte más baja de las colinas para caer el los canales o en el caso de las islas van a dar al mar.
Como la tierra está lo suficientemente húmeda, como por arte de magia empiezan a florecer las rosas, pensamientos, tulipanes, hortensias, diente de León, en fin una variedad de plantas, algunas raras para mi, y todos los árboles que antes eran "palitos secos" se llenan de hojas verdes de diferentes tonos, algunos árboles tienen hojas naranjas o amarillas .
Estás flores son muy peculiares por que crecen en las rocas, no necesitan mucha tierra.

Aparecen los frutos del bosque que se maduran en el verano, el cielo es azul, y se refleja en el mar el paisaje que ha cambiado con la llegada del verano. 
El aroma también cambia, del olor a tierra húmeda de la primavera, al de flores y pinos que se mezclan con el parrillas de hamburguesa y chorizos que la gente suele hacer en sus jardines con la llegada del verano. 
Aprovechamos el velando yendo a las playas que están un poco cerca, llevando nuestra parrilla portátil y comiendo chorizos y hot dog que venden casi listos, algunos con algún relleno de queso y especias, con la infaltable Pepsi y jugando cartas, "El rey en la esquina", un bonito juego que nos enseñó Rune y que hoy lo juego con mi familia.
La playa que conocí fue la de Mjelle, muy linda, un paisaje diferente al de arena y mar q conocía, acá era roca y mar apacible con algas negras, verdes y rojas, y de vez en cuando pasaban las orejas que solían pastar en estos lugares.


Llegando a Mjelle para luego buscar un lugar donde asentarnos a disfrutar de la parrilla.




Vista de Mjelle.
En este cuarto viaje fuimos invitadas A las Bodas de Plata de los suegros de Paola, fue en Oslo y ahí tuve la oportunidad de comer venado al palo, o bambi, estaba muy rico el pobre.
La Pepa asando al venadito.
Estación del tren en Oslo
Vista de la ciudad de Oslo desde el piso 20 del hotel
Museo en Oslo
También en este cuarto viaje, tuve la oportunidad de conocer la ciudad de Estocolmo, la capital de Suecia, es una ciudad muy linda, a mi me gustó más que Oslo, la vi más auténtica, estuvimos sólo en la ciudad, vimos muchos Palacios y castillos, almorzamos en el mejor restauran de esa ciudad, muy elegante y su  una comida muy rica.
Me llamó la atención la gente de Estocolmo, se les veía elegantes, casi la mayoría andaba con terno o con saco de vestir, pocos con ropa deportiva como se ve por esta parte, las mujeres igual, de taco y cartera.
Las calles del centro conservan su aspecto antiguo, de calles empedradas y angostas, hay muchos cafés, tiendas de souvenir, y Palacios y museos por doquier, tiene un gran malecón con bancas y mesitas para sentarse y contemplar el panorama.
En el metro de Estocolmo.

Disfrutando del "gran" almuerzo.
En el malecón.
En plena ciudad.
Me gusta la comida de Noruega por q la mayoría es a base de pescado, el salmón y bacalao y el atún son mis favoritos, pero hay una gran variedad y de nombres difíciles de recordar. También me gusta un plato que tiene un puré de alverjas verdes medias dulces que se acompaña con un guiso de carne aderezado con una salsa muy agradable, y muchas papas sancochadas acompañadas con mantequilla. También es típica la Carbonada que es una especie de torreja de carne que la comen con el puré de alverjas, o con ensalada de zanahoria y pepino o con arroz.
Pero lo que más me han llamado la atención y complacido el gusto son los asados de alce, reno o venado, se puede disfrutar de los diferentes cortes de carne y el lomo fino de alce es espectacular.

Ahora estoy nuevamente en Noruega y por quinta vez, ya les contaré como me ha ido.
Gracias por leerme y espero estar más seguido en este blog y agradecida de los que me quieran leer.

Un abrazo
Periquita.

sábado, 3 de mayo de 2014

De Regreso al Norte ( Primera Parte)

Hoy llevo algunas semanas que estoy de regreso al norte, pero al norte del planeta, estoy nuevamente en Noruega, específicamente en Bodø, es la quinta ez que esta ciudad tan peculiar me recibe, generalmente llego en invierno, pero esta vez lo he hecho en primavera .

Recuerdo la primera vez que llegué a Bodø, fue en Julio del 2005, mes de verano para los nórdicos, vine a la boda de mi hija, viajé con mi hermana y mi sobrina, lo pasamos muy bien.
Todo para mi era nuevo, no pude ver la nieve, pero el paisaje era bello, los bosques que se veían por todos lados, tan verdes, me alegraban el espíritu. No sentía el calor del verano de mi país, este era un verano como de sierra, con un sol muy brillante, el clima seco, y cuando me ponía en la sombra sentía un ligero frío .
Recuerdo que mi yerno prendía la estufa y la ponía muy cerca de mi, era un hombre muy atento, siempre lo recuerdo con mucha nostalgia.

En nuestra estancia paseamos por muchos lugares, conocimos los fiordos que eran una novedad para nosotras, fuimos a algunas islas, a los bellos lagos q hay cerca de esta ciudad, por primera vez vi los alces y los renos que abundan por estos lares, y me imaginaba tocar su piel tan suave como una gamuza, también disfrute de su carne.....que penita.
Fuimos hasta la frontera con Suecia y pasamos para comer y compramos cerveza, coca cola, tabaco, embutidos, estos productos son más baratos, en Noruega todo me parecía caro comparado con los precios de mi país, pero bueno los salarios son muy diferentes.
Las casas son bellas, como las que dibujaba de niña con sus techos a dos aguas, algún material que las simulaba, muy bien puestas y agrupadas como en los cuentos, rodeadas de plantas y árboles con flores, muchos pinos, en el verano todo se ve florido y verde, el mar a lo largo muy azul, como su cielo y lo más fantástico es q no hay noche, son 24 horas de luz y hasta se pueden ver arco iris a media noche. Me era raro ver a las 2 de la mañana el sol en su lugar, quizás no tan brillante como a las 12 del día, pero ahí iluminando y alegrando todo el paisaje.

En este primer viaje también fuimos de pesca, y como suerte de principiante mi sobrina ariana pescó un gran pez, fue la sensación del momento y para muestra aquí está la foto.


Y aquí la del arco iris visto en una "noche" de verano, eran como las dos de la mañana.



El segundo viaje lo hice en febrero del 2008, a ese lo llamé el "viaje del terror", pues durante los tre meses que duró mi estadía asistí a tres funerales.
Vine por que mi yerno había fallecido en un trágico accidente, fue un viaje muy doloroso para mi, pues me enfrentaba a un gran dolor, especialmente al de mi hija que no hallaba consuelo.
Tuve una nueva experiencia, el de conocer como son los duelos y entierros en Noruega, tan diferentes a los nuestros......
En abril falleció la abuelita materna de mi yerno y en mayo su tía materna. No se sí pensar lo que dicen en mi país......." Se van de a tres"......pero eso sucedió

Febrero es un mes de pleno invierno en esta parte del planeta. Los días eran muy oscuros y fríos, casi no se veía la luz, apenas unas. Cuantas horas de penumbra, entre las 10 y 11 de la mañana hasta las 2 o 3 de la tarde y el resto del día oscuro, esto hacía más fuerte el dolor, en las calles todo era silencio, casi no se veía gente afuera, y no se veía a los que salían a correr o sentarse a tomar el sol, sólo un paisaje blanco y negro, como en las fotos antiguas, blanco por la nieve que en algunos lugares se acumulaba hasta 3 metros y un cielo muy oscuro, casi negro, y donde vi árboles frondosos sólo se veían palos o ramas peladas y secas, el pasto verde era una alfombra blanca, los techos de las casa estaban cubiertos por varios centímetros de nieve blanca, veía un paisaje tan distinto pero de mucho atractivo para mi, aunque a muchas personas de acá no les gusta y se refugian en sus casas o se van de viaje a países donde el clima les resulta más benigno.

Me gustaba palear la nieve, y había que hacerlo sino te quedabas atrapado en tu casa. Este era un trabajo obligado de todos los habitantes de estás zonas, todas las mañanas se veía a la gente que salía con sus palas especiales a abrirse camino y limpiar sus parabrisas de sus autos.
Yo aprendí a usar esas palas que se empujaban y dejaban  un sendero, lo hacía muy bien y me quedaba un "caminito" muy prolijo desde la entrada a la casa hasta la salida a la calle.

En este segundo viaje tuve la oportunidad de viajar varias veces por tren y lo hacía de Bodø a Rognan y conocer el paisaje de estos lugares, veía los lagos transformados en grandes pistas de patinaje, deportistas del sky haciendo carreras y piruetas, ver las casitas q la gente pone en los árboles secos con comida para alimento y refugio de los pajaritos, y disfrutar de ese olor que siento en el invierno noruego a hielo y leña humeando en las chimeneas ........el olor a hielo lo recuerdo cuando limpió mi refrigeradora, el de las brasas de pino es una nostalgia....